El
ocio y la recreación debe de entenderse como una acción que proyectada desde lo
social, puede crear las condiciones que faciliten la elevación de la calidad de
vida de dicho grupo etario y este permita, que gocen de una vida adecuada,
libre de enfermedades que influyan en el desarrollo normal de su vida social,
personal, laboral, como también, no permitan que la persona pierda la autonomía
de su vida.
Múltiples
investigaciones han demostrado que el periodo de la adultez mayor no tiene
que significar necesariamente el
deterioro de las capacidades físicas e intelectuales, ya que si las personas de
dicho grupo etario, muestran la motivación necesaria para llevar una vida
activa y no permiten que los cambios que experimenta su organismo producto del
envejecimiento normal, interfieran de una manera negativa en las actividades
que realiza normalmente, el proceso del
envejecimiento normal no va cambiar de una manera drástica el curso de su vida.
El
enfoque que muestra el ocio y la recreación en los adultos mayores, se muestra como una opción loable para la
vida de dichas personas, donde en sus tiempos libres, se pueda desarrollar actividades que contribuyan a una
vida saludable y de esa manera, puedan sentir bienestar. Asimismo, las personas
que envejecen normalmente utilizan y disfrutan adecuadamente todas las
posibilidades que le brinda su entorno, como también, sus propios recursos, lo
cual les permite que acepten los cambios
que experimentan producto del envejecimiento normal, ya que todos vamos a pasar
por ello y no debemos de permitir que nos limite a no realizar las actividades
que hacíamos con anterioridad.
A su
vez, en la etapa de la adultez mayor, la actividad física-intelectual y el
interés por el entorno en el cual se desenvuelven, orientadas a través de
actividades de recreación y ocio productivo, favorecen el bienestar y la
calidad de vida de los individuos. Por
otro lado, hay
que tener en consideración que las estrategias para poder desarrollar programas
de ocio y recreación en los adultos mayores, tienen una función
potencializadora en la vida de dichas personas a nivel personal y social,
permitiendo de esa manera, a satisfacer sus necesidades individuales, como
también, actúan como un medio de integración social del adulto mayor.
Referencia:
Zaldívar,
D. (2004). Ocio y recreación en el adulto
mayor. Cuba: Salud Vida. Recuperado el 31 de Octubre desde http://www.sld.cu/saludvida/adultomayor/temas.php?idv=5942