Hay
muchas personas que continúan con el prejuicio de que el periodo de adultez
mayor, se basa en el deterioro en todos
los sentidos de la persona, ya sea biológico, psicológico, social, entre otros. Sin embargo, se han realizado investigaciones
en el campo de la gerontología, los cuales, van a demostrar la falsedad y
verdad de dicho prejuicio.
Se
ha evidenciado que la personalidad, el ambiente en el cual se desarrolla la
persona y el estilo de vida que ha llevado hasta la actualidad, interviene
mucho en el proceso de envejecimiento del adulto mayor. Por ello, la edad no es
un determinante para los cambios que experimenta la persona, sino los factores
descritos anteriormente, llevando así, una vida saludable y de esa manera,
gozar de una vida plena.
Asimismo,
se debe de diferenciar entre un envejecimiento normal o primario y un envejecimiento patológico o
secundario. El cual se basa en que el envejecimiento normal, son los cambios
que sufre la persona debido al proceso de envejecimiento biológico, en el cual,
nuestros órganos con el paso de los años ya no funcionan adecuadamente como
antes, como también, aparecen las arrugas en la piel, nuestros órganos de los
sentidos ya no funcionan como antes, sobre todo se ven más perjudicados, el
sentido de la vista y la audición, entre otros. En cambio, el envejecimiento
patológico se manifiesta cuando la persona sufre cambios en su organismo
producto a las repercusiones de la enfermedad y no les permite desarrollarse
adecuadamente en la sociedad a la que pertenecen.
Por
ello, cuando la persona tiene un estado de ánimo adecuado, se levanta cada día
con optimismo y mantiene una vida activa, ya sea, haciendo ejercicios acorde a
su edad, relacionándose con los demás y consumiendo alimentos saludables, dicha
persona, va a poder afrontar los cambios que se producen en su organismo,
producto del envejecimiento normal. Lo cual, le va a permitir no deprimirse y a ver la vida
desde otra perspectiva con la ayuda de sus seres queridos, los cuales, cumplen
un rol esencial en la vida de la persona adulta mayor.
Referencia:
Torroella,
G. (2004). Lo importante es la personalidad que se es, no la
edad que se tiene. Cuba: Salud Vida. Recuperado el 31 de Octubre
desde http://www.sld.cu/saludvida/adultomayor/temas.php?idv=5944.
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