El
estrés en cualquier etapa del desarrollo humano representa una amenaza para la
salud, bienestar y calidad de vida para la persona, por ello, si es detectado a
tiempo, no va afectar nuestro desarrollo social, personal, biológico, laboral,
entre otros. Por ello, debemos de saber
reconocer si estamos en un periodo de estrés, para así pedir ayuda a un
especialista y este no se complique hasta producir reacciones adversas.
Diversas
investigaciones explican que los eventos estresores, como la tensión en el
trabajo ya sea porque, nos dejan muchas cosas por hacer en un periodo de tiempo
corto, los problemas familiares, personales o tenemos que pagar muchas deudas,
de las cuales, no tenemos el dinero requerido para terminarlos de pagar. Dichos
eventos, pueden interferir de manera negativa en el desarrollo normal de
nuestras vidas y afectar el equilibrio interno, lo cual, produce que podamos contraer
enfermedades crónicas.
La respuesta de estrés puede ser considerada
como la activación psicofisiológica que se produce en el organismo como
consecuencia de la interacción con determinada situación (evento vital) que le
ha servido de estímulo o disparador. Asimismo, se considera el estrés como un
fenómeno relacional, el cual interviene en la relación de la persona con el
ambiente en el cual se desenvuelve. Sin embargo, la magnitud en la que puede
afectar un evento estresor en una persona difiere en la otra, ya que no todos
reaccionamos de la misma manera ante una problemática y si la persona, hace uso
de sus cualidades personales para afrontar el evento, este no perjudicará su
desarrollo normal.
Por ello, si la persona no puede solucionar
dicho evento estresante, es necesario recurrir a la ayuda de una persona
especializada en el tema, para que este no se complique y traiga consigo,
resultados adversos. A su vez, el
afrontamiento del estrés en el periodo de la adultez mayor, requiere de la
disposición de la persona para poder solucionar su problema, como también de reflexión,
ya que, le ayudarán a que este evento no
interfiera en el desarrollo de sus metas, en sus relaciones sociales o de la
vida diaria. De esa manera, la persona adulta mayor va a poder continuar con
una vida activa, la cual, le ayudará a tener un envejecimiento normal, libre de
enfermedades y goce de una vida plena.
Referencia:
Zaldívar,
D. (2004). Prevención del estrés en la
tercera edad. Cuba: Salud Vida. Recuperado el 31 de Octubre desde http://www.sld.cu/saludvida/adultomayor/temas.php?idv=5940
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