Cuando
un familiar fallece, los familiares emplean métodos para poder afrontar este
proceso; dichos mecanismos difieren según la etapa del ciclo vital en la que se
encontraba el familiar que falleció. LaGrand (1986) encontró que los mecanismos que
se utilizaban con más frecuencia eran hablar sobre la pérdida de dicho familiar,
aceptarla poco a poco, llorar, contar con el apoyo de los amigos y el paso del
tiempo. Los mecanismos de afrontamiento que son menos frecuentes son mantenerse ocupados haciendo una actividad
que impida pensar en el familiar fallecido, como también, pensar en las cosas
buenas que se vivieron con dicha persona. A su vez, las creencias religiosas o filosóficas,
desarrollar nuevos intereses y sustitución de la persona amada, también son métodos
utilizados por los familiares.
Cuando
una persona adulta mayor pierde a un ser querido, ya sea un hijo, hermano(a) o
su esposo(a), el luto y los recuerdos vividos con dicha persona, son métodos centrales
para poder afrontar la perdida. Asimismo, la religión también cumple un rol
importante ya que ella influye en la ideología de la persona para aceptar que
el ser amado está en mejor vida, como también, dicha orientación religiosa
puede reducir el estrés. Por otro lado, se han propuesto una serie de
aproximaciones de autoayuda para afrontar las secuelas del fallecimiento del
ser querido. Es muy raro observar que
una persona haya podido aceptar el duelo estando solo, puesto que, los demás familiares
son un sustento para el adulto mayor, como también, es esencial que dicha
persona comente a sus seres queridos como se siente ante la pérdida, como también,
si este proceso se le dificulta, pueda ser ayudado(a).
Es
esencial también en la etapa de duelo, aceptar los sentimientos que resultan inapropiados durante dicho
proceso. Por ello, se debe de expresar
lo que se siente ante la pérdida del ser querido y las experiencias emocionales
que puedan suscitar debido al evento. A
su vez, en algún momento, el adulto mayor necesitará mostrar a los demás, la
amargura que siente al haber perdido al ser querido, ya que muchas veces,
dichas personas prefieren ocultar sus sentimientos y llorar en silencio para
que nadie se entere. Por ende, sus familiares no saben si el adulto mayor está
aceptando poco a poco la pérdida o aún se le dificulta comprender por qué ya no
está a su lado.
Se
debe de enfrentar los problemas inmediatos, como también, hay que tomar decisiones
para poder solucionar dichos inconvenientes, tomando las fuerzas físicas necesarias para aceptar el proceso de duelo. Es
decir, es necesario que las personas que se encuentran en dicho grupo etario,
manifiesten lo que piensan respecto a la
pérdida, como también, se debe de hacer un esfuerzo para ser fuertes y tratar
de pensar que su familiar fallecido se encuentra bien. En el estudio Holandés
descrito anteriormente, se encontró que si se observaban reacciones fuertes, después
de haber pasado cuatro meses de fallecimiento del familiar, se podían esperar
problemas futuros en un seguimiento durante un año.