lunes, 10 de noviembre de 2014

El proceso de afrontamiento ante la muerte


Cuando un familiar fallece, los familiares emplean métodos para poder afrontar este proceso; dichos mecanismos difieren según la etapa del ciclo vital en la que se encontraba el familiar que falleció.  LaGrand (1986) encontró que los mecanismos que se utilizaban con más frecuencia eran hablar sobre la pérdida de dicho familiar, aceptarla poco a poco, llorar, contar con el apoyo de los amigos y el paso del tiempo. Los mecanismos de afrontamiento que son menos frecuentes  son mantenerse ocupados haciendo una actividad que impida pensar en el familiar fallecido, como también, pensar en las cosas buenas que se vivieron con dicha persona.  A su vez, las creencias religiosas o filosóficas, desarrollar nuevos intereses y sustitución de la persona amada, también son métodos utilizados por los familiares.

Cuando una persona adulta mayor pierde a un ser querido, ya sea un hijo, hermano(a) o su esposo(a), el luto y los recuerdos vividos con dicha persona, son métodos centrales para poder afrontar la perdida. Asimismo, la religión también cumple un rol importante ya que ella influye en la ideología de la persona para aceptar que el ser amado está en mejor vida, como también, dicha orientación religiosa puede reducir el estrés. Por otro lado, se han propuesto una serie de aproximaciones de autoayuda para afrontar las secuelas del fallecimiento del ser querido.  Es muy raro observar que una persona haya podido aceptar el duelo estando solo, puesto que, los demás familiares son un sustento para el adulto mayor, como también, es esencial que dicha persona comente a sus seres queridos como se siente ante la pérdida, como también, si este proceso se le dificulta, pueda ser ayudado(a).  

Es esencial también en la etapa de duelo, aceptar los sentimientos  que resultan inapropiados durante dicho proceso.  Por ello, se debe de expresar lo que se siente ante la pérdida del ser querido y las experiencias emocionales que puedan suscitar debido al evento.  A su vez, en algún momento, el adulto mayor necesitará mostrar a los demás, la amargura que siente al haber perdido al ser querido, ya que muchas veces, dichas personas prefieren ocultar sus sentimientos y llorar en silencio para que nadie se entere. Por ende, sus familiares no saben si el adulto mayor está aceptando poco a poco la pérdida o aún se le dificulta comprender por qué ya no está a su lado.

Se debe de enfrentar los problemas inmediatos, como también, hay que tomar decisiones para poder solucionar dichos inconvenientes, tomando  las fuerzas físicas  necesarias para aceptar el proceso de duelo. Es decir, es necesario que las personas que se encuentran en dicho grupo etario, manifiesten lo que  piensan respecto a la pérdida, como también, se debe de hacer un esfuerzo para ser fuertes y tratar de pensar que su familiar fallecido se encuentra bien. En el estudio Holandés descrito anteriormente, se encontró que si se observaban reacciones fuertes, después de haber pasado cuatro meses de fallecimiento del familiar, se podían esperar problemas futuros en un seguimiento durante un año.

 


Referencia:
Schaie, W y Willis, S. (2003). Psicología de la edad adulta y la vejez. Madrid: PEARSON EDUCACIÓN, S.A.