Las
tareas evolutivas a la que una persona se enfrenta durante la etapa de la
juventud, ya sea, elegir cuál es la carrera a la que me voy a dedicar toda mi vida, como también,
elegir a la persona con la que quiero compartir un vínculo afectivo, son
diferentes a las tareas que se realizan durante la adultez, como son las
aspiraciones profesionales que queremos lograr, adaptarse a los cambios de los
hijos, los cuales crecen constantemente y comprender a nuestros padres que con
el paso de los años, experimentan el proceso del envejecimiento normal . A su
vez, durante la adultez mayor, las tareas se tornan diferentes, puesto que
ahora es necesario adaptarse a una serie de cambios en nuestras vidas, como es
la jubilación, el fallecimiento de familiares cercanos y la disminución de las
capacidades físicas.
Debido
a que las tareas difieran de acuerdo a la etapa en la que nos encontramos, los
objetivos de la psicoterapia varían también.
Por otro lado, los adultos jóvenes, más que las personas de mediana edad
y los adultos mayores, se encuentran en
una situación de desarrollar su carácter o reconstruir su personalidad, lo cual
le va a permitir adaptarse a la sociedad a la que pertenece, como también, si
se le presentan obstáculos en la vida, en el caso de que su personalidad se
encuentre bien constituida, ello va a impedir que se derrumbe, para que
así, continúe con su vida
normalmente. Dichas personas están en el
estadio final de la crisis de identidad
y es por ello, que se ven casos en las que personas de 25 o 30 años de edad,
aún experimentan dudas acerca de sus actitudes y de su escala de valores más básicos.
En
el caso de las psicoterapias que se
realizan con personas que se encuentran en la etapa de la madurez, puede que se
centre en las transiciones, proporcionando apoyo emocional durante un cambio de
trabajo, que puede deberse a problemas personales como ambientales o como
también, puede ser de pareja. Es por ello, que se les brinda información sobre
cómo se puede hacer para que la transición que experimentan resulte de manera
eficaz y con el mínimo estrés. Asimismo,
cuando la psicoterapia va dirigida a un adulto mayor, las cosas cambian
debido a una serie de problemas especiales e inclusive se piensa que tres
razones las cuales explican por qué una persona adulta mayor en algunas
oportunidades no podrían beneficiarse de
la psicoterapia.
Dichas
razones, las cuales fueron formuladas por el psicoanalista Sigmund Freud,
explican que los adultos mayores tienen una menor elasticidad mental y que
probablemente, poseen menos capacidad para para cambiar. A su vez, se dice que
han acumulado una variedad de experiencias, las cuales pueden interferir
en el trabajo del terapeuta y también que dan menos importancia a la salud
mental que las personas que son jóvenes.
No obstante, se ha llevado a cabo de una terapia con individuos de dicho
grupo etario y algunas concepciones acerca de sus resultados han evolucionado. Por ende, debido a que los problemas que se
suscitan en la adultez mayor son de carácter biopsicosocial, la terapia de
grupo parece ser el tratamiento de la elección para solucionar los aislamientos
sociales, los sentimientos de inadecuación y también, el sentido de anonimato
que surgen bajo el estatus del adulto mayor en una sociedad orientada a las
personas jóvenes. (Tross y Blum, 1988, de Schaie y Willis, 2013).
Referencia:
Schaie, W y Willis,
S. (2003). Psicología de la Edad Adulta y la Vejez. España: PEARSON EDUCACIÓN