sábado, 22 de noviembre de 2014

“Bondades de la Psicoterapia en Adultos Mayores”


Las tareas evolutivas a la que una persona se enfrenta durante la etapa de la juventud, ya sea, elegir cuál es la carrera a la que  me voy a dedicar toda mi vida, como también, elegir a la persona con la que quiero compartir un vínculo afectivo, son diferentes a las tareas que se realizan durante la adultez, como son las aspiraciones profesionales que queremos lograr, adaptarse a los cambios de los hijos, los cuales crecen constantemente y comprender a nuestros padres que con el paso de los años, experimentan el proceso del envejecimiento normal . A su vez, durante la adultez mayor, las tareas se tornan diferentes, puesto que ahora es necesario adaptarse a una serie de cambios en nuestras vidas, como es la jubilación, el fallecimiento de familiares cercanos y la disminución de las capacidades físicas.

Debido a que las tareas difieran de acuerdo a la etapa en la que nos encontramos, los objetivos de la psicoterapia varían también.  Por otro lado, los adultos jóvenes, más que las personas de mediana edad y  los adultos mayores, se encuentran en una situación de desarrollar su carácter o reconstruir su personalidad, lo cual le va a permitir adaptarse a la sociedad a la que pertenece, como también, si se le presentan obstáculos en la vida, en el caso de que su personalidad se encuentre bien constituida, ello va a impedir que se derrumbe, para que así,  continúe con su vida normalmente.  Dichas personas están en el estadio final de la crisis de  identidad y es por ello, que se ven casos en las que personas de 25 o 30 años de edad, aún experimentan dudas acerca de sus actitudes y de  su escala de valores más básicos. 

En el caso de las psicoterapias que  se realizan con personas que se encuentran en la etapa de la madurez, puede que se centre en las transiciones, proporcionando apoyo emocional durante un cambio de trabajo, que puede deberse a problemas personales como ambientales o como también, puede ser de pareja. Es por ello, que se les brinda información sobre cómo se puede hacer para que la transición que experimentan resulte de manera eficaz y con el mínimo estrés. Asimismo,  cuando la psicoterapia va dirigida a un adulto mayor, las cosas cambian debido a una serie de problemas especiales e inclusive se piensa que tres razones las cuales explican por qué una persona adulta mayor en algunas oportunidades no podrían  beneficiarse de la psicoterapia.

Dichas razones, las cuales fueron formuladas por el psicoanalista Sigmund Freud, explican que los adultos mayores tienen una menor elasticidad mental y que probablemente, poseen menos capacidad para para cambiar. A su vez,  se dice que  han acumulado una variedad de experiencias, las cuales pueden interferir en el trabajo del terapeuta y también que dan menos importancia a la salud mental que las personas que son jóvenes.  No obstante, se ha llevado a cabo de una terapia con individuos de dicho grupo etario y algunas concepciones acerca de sus resultados han evolucionado.  Por ende, debido a que los problemas que se suscitan en la adultez mayor son de carácter biopsicosocial, la terapia de grupo parece ser el tratamiento de la elección para solucionar los aislamientos sociales, los sentimientos de inadecuación y también, el sentido de anonimato que surgen bajo el estatus del adulto mayor en una sociedad orientada a las personas jóvenes. (Tross y Blum, 1988, de Schaie y Willis, 2013).
 
 

Referencia:
Schaie, W y Willis, S. (2003). Psicología de la Edad Adulta y la Vejez. España: PEARSON EDUCACIÓN

¡Transmitiendo valores para convivir en armonía!


La relación entre los abuelos y los nietos, es decir, los vínculos entre la primera con la segunda generación, es especialmente interesante para conocer cómo es que se transmiten los valores aprendidos anteriormente y las tradiciones sociales.  A su vez, son los padres los que esencialmente les enseñan  a socializar de una manera adecuada a sus hijos. Es por ello,  inevitable que debido a esta enseñanza surjan  conflictos cuando los hijos no se encuentran de acuerdo con las normas que los padres les han impuesto a aceptar, como parte de un estilo de vida.

En estos casos, son los abuelos quienes forman parte de dicho conflicto al no estar de acuerdo con el modo de enseñanza de los padres o por el contrario, con la conducta de su nieto (a), sin embargo, ellos pueden mantenerse a margen si opinan que es lo más favorable.  Asimismo, dichas personas pueden ser un factor influenciable para sus nietos de un modo,  el cual resultaría dificultoso para ser ejecutado por los padres.  Como los nietos carecen de la necesidad de rebelarse ante sus abuelos, ven en ellos una fuente de transmisión de valores y costumbres, las cuales, los ayudarán a adaptarse a la sociedad  a la que pertenecen.

Los abuelos y los nietos, suelen hacer acuerdos para así evitar conflictos entre ellos. Ambas partes evitan los aspectos más delicados, creando de esa manera lo que un investigador  (Hagestad, 1985, de Schaie y Willis, 2003) denominó “zonas desmilitarizadas”, lo cual aumenta su influencia en aspectos menos delicados, es decir, son cuestiones que la generación joven considera como un aporte de las personas de su misma edad, como también, son un aspecto  que forma parte de su identidad personal.

Asimismo, en comparación a los abuelos, los padres carecen del beneficio de poder evitar los aspectos más delicados de la educación de sus hijos. Los padres son los que tienen la responsabilidad de brindarles una educación idónea a sus hijos y la mayoría de dichas personas piensan que ello es más esencial cuando se percatan que sus hijos no se encuentran  en  el camino correcto.  Es por ello, que en las diferencias entre las generaciones que se observan en una familia, en la relación padre- hijo pueden surgir una serie de conflictos debido a sus diversas formas de pensar.

 


Referencia:

Schaie, W y Willis, S. (2003). Psicología de la Edad Adulta y la Vejez. España: PEARSON EDUCACIÓN.

“Alcanzando una alta posición en la adultez mayor”


En algunas sociedades esquimales, los miembros de dicha sociedad llevan una vida complicada debido al entorno que apenas le proporciona una protección necesaria para el mantenimiento básico de sus pequeñas familias aisladas.  Sin embargo, cuando uno de sus miembros alcanza una edad en la que  según su perspectiva cree que no puede contribuir al bienestar de su familia, se dirige al exterior para morir en la nieve. A su vez, hay un caso donde una mujer adulta decide ir al exterior ya que siente que con la llegada del nuevo integrante en la familia, el cual es su nieto, es preferible que se aparte de su lado para  que así, los alimentos que ella consumía sean traspasados al bebe y por ello, haya una persona menos que alimentar.

Asimismo, los padres del niño, nunca habían visto un bebe y creían que al ser tan indefenso, no iba a poder sobrevivir a la comunidad. Por ello, decidieron llevarlo junto a su abuelita, la cual estaba en la nieve. Sin embargo, la señora al tener a su nieto en brazos, reflexiona y observa en él, una motivación, como también, una razón más para continuar viviendo, ya que sentía que aún puede ser útil. La señora al dirigirse a su hogar, le comenta a los padres, que ella podía hacer que le salgan dientes y le iba a  enseñar a  cómo sobrevivir en la sociedad.  Es por ello, que la señora permaneció al lado de sus familiares  durante unos años, hasta que llegara el día de su partida y así cesen sus obligaciones.

Hay sociedades donde no se alcanzan rangos de poder y autoridad hasta lograr tener una  edad avanzada.  A su vez, un sistema social que se encuentra gobernado bajo el mando de una persona adulta mayor se llama “gerontocracia” (Achenbaum, 1993, de Schaie y Willis, 2003).  Dichos sistemas existieron en sociedades antiguas, sin embargo, aún continúan siendo vigentes; tienen espacio en diversos entornos y en sociedades cuyos  diversos niveles de dificultad, se adhieren a filosofías políticas diversas.

Los “gerontócratas” adquieren poder de diferentes modalidades. En las sociedades agrícolas y ganaderas, la propiedad, como también, el control de dicha propiedad es adquirida a través de la  herencia familiar.  Los adultos mayores, por lo tanto, poseen un mayor poder en los asuntos de  las familias a las que pertenecen y de los pueblos, a comparación de los jóvenes.  Asimismo, en las sociedades primitivas, el conocimiento de la tecnología, las ceremonias y la formación de vínculos sociales duraderos tienden a mantener el poder de los mayores.



 

Referencia:

Schaie, W y Willis, S. (2003). Psicología de la Edad Adulta y la Vejez. España: PEARSON EDUCACIÓN.