La
relación entre los abuelos y los nietos, es decir, los vínculos entre la
primera con la segunda generación, es especialmente interesante para conocer
cómo es que se transmiten los valores aprendidos anteriormente y las
tradiciones sociales. A su vez, son los
padres los que esencialmente les enseñan
a socializar de una manera adecuada a sus hijos. Es por ello, inevitable que debido a esta enseñanza surjan conflictos cuando los hijos no se encuentran
de acuerdo con las normas que los padres les han impuesto a aceptar, como parte
de un estilo de vida.
En
estos casos, son los abuelos quienes forman parte de dicho conflicto al no
estar de acuerdo con el modo de enseñanza de los padres o por el contrario, con
la conducta de su nieto (a), sin embargo, ellos pueden mantenerse a margen si
opinan que es lo más favorable.
Asimismo, dichas personas pueden ser un factor influenciable para sus
nietos de un modo, el cual resultaría
dificultoso para ser ejecutado por los padres.
Como los nietos carecen de la necesidad de rebelarse ante sus abuelos,
ven en ellos una fuente de transmisión de valores y costumbres, las cuales, los
ayudarán a adaptarse a la sociedad a la
que pertenecen.
Los
abuelos y los nietos, suelen hacer acuerdos para así evitar conflictos entre ellos.
Ambas partes evitan los aspectos más delicados, creando de esa manera lo que un
investigador (Hagestad, 1985, de Schaie
y Willis, 2003) denominó “zonas desmilitarizadas”, lo cual aumenta su
influencia en aspectos menos delicados, es decir, son cuestiones que la
generación joven considera como un aporte de las personas de su misma edad,
como también, son un aspecto que forma
parte de su identidad personal.
Asimismo,
en comparación a los abuelos, los padres carecen del beneficio de poder evitar
los aspectos más delicados de la educación de sus hijos. Los padres son los que
tienen la responsabilidad de brindarles una educación idónea a sus hijos y la
mayoría de dichas personas piensan que ello es más esencial cuando se percatan
que sus hijos no se encuentran en el camino correcto. Es por ello, que en las diferencias entre las
generaciones que se observan en una familia, en la relación padre- hijo pueden
surgir una serie de conflictos debido a sus diversas formas de pensar.
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