sábado, 22 de noviembre de 2014

¡Transmitiendo valores para convivir en armonía!


La relación entre los abuelos y los nietos, es decir, los vínculos entre la primera con la segunda generación, es especialmente interesante para conocer cómo es que se transmiten los valores aprendidos anteriormente y las tradiciones sociales.  A su vez, son los padres los que esencialmente les enseñan  a socializar de una manera adecuada a sus hijos. Es por ello,  inevitable que debido a esta enseñanza surjan  conflictos cuando los hijos no se encuentran de acuerdo con las normas que los padres les han impuesto a aceptar, como parte de un estilo de vida.

En estos casos, son los abuelos quienes forman parte de dicho conflicto al no estar de acuerdo con el modo de enseñanza de los padres o por el contrario, con la conducta de su nieto (a), sin embargo, ellos pueden mantenerse a margen si opinan que es lo más favorable.  Asimismo, dichas personas pueden ser un factor influenciable para sus nietos de un modo,  el cual resultaría dificultoso para ser ejecutado por los padres.  Como los nietos carecen de la necesidad de rebelarse ante sus abuelos, ven en ellos una fuente de transmisión de valores y costumbres, las cuales, los ayudarán a adaptarse a la sociedad  a la que pertenecen.

Los abuelos y los nietos, suelen hacer acuerdos para así evitar conflictos entre ellos. Ambas partes evitan los aspectos más delicados, creando de esa manera lo que un investigador  (Hagestad, 1985, de Schaie y Willis, 2003) denominó “zonas desmilitarizadas”, lo cual aumenta su influencia en aspectos menos delicados, es decir, son cuestiones que la generación joven considera como un aporte de las personas de su misma edad, como también, son un aspecto  que forma parte de su identidad personal.

Asimismo, en comparación a los abuelos, los padres carecen del beneficio de poder evitar los aspectos más delicados de la educación de sus hijos. Los padres son los que tienen la responsabilidad de brindarles una educación idónea a sus hijos y la mayoría de dichas personas piensan que ello es más esencial cuando se percatan que sus hijos no se encuentran  en  el camino correcto.  Es por ello, que en las diferencias entre las generaciones que se observan en una familia, en la relación padre- hijo pueden surgir una serie de conflictos debido a sus diversas formas de pensar.

 


Referencia:

Schaie, W y Willis, S. (2003). Psicología de la Edad Adulta y la Vejez. España: PEARSON EDUCACIÓN.

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