sábado, 8 de noviembre de 2014

Ya no más temor a reír, toser y caminar..


Las acciones como toser, caminar y reír, producen que nos den ganas de ir al baño. Ello se debe a la perdida involuntaria de orina, lo cual, es el caso de muchas mujeres, que por sentir vergüenza, esconden dicho  secreto ante los demás y a su vez, sufren en silencio.

Hay muchas mujeres que consideran que es normal la perdida involuntaria de orina después de haber tenido hijos o una determinada edad.  Sin embargo, cuando la persona que la padece, la oculta por temor al que dirán, producen que el estado de su problema se agrave. Por ello, es recomendable, acudir a un médico especialista y no sentir vergüenza por lo que nos pasa, ya que, si es tratada a tiempo, no sentiremos incomodidad cuando realicemos las actividades descritas anteriormente.

Según el Dr. Arturo Dell Oro, urólogo de Red Salud UC, “existen dos tipos de incontinencia de orina. Una es la de urgencia, que por el aumento de la sensibilidad y/o hiperactividad del músculo detrusor de la vejiga, la pared muscular lisa que se contrae al orinar y se relaja cuando se llena este órgano, hace que la paciente sienta ganas de ir al baño constantemente y en ocasiones no alcance a llegar. La otra es la incontinencia por esfuerzo. En ésta, hay un escape de orina en toda actividad que implique el más mínimo esfuerzo, como toser, reír, hacer deporte y tener relaciones sexuales, por nombrar las más habituales”.

 
Uno de los factores que influye en el escape de la orina es la edad. Entre los 40 y 65 años la enfermedad se manifiesta con mayor frecuencia, ya que, con el paso de los años, los ligamentos que soportan la uretra se van debilitando.  A su vez, también influye la cantidad embarazos y partos que ha tenido una mujer.  De acuerdo a lo que dice dicho doctor, “lo importante es destacar que las pacientes no tendrán este problema ni al mucho tiempo después de un año ni a los cinco años de haber sido mamás, pero sí pueden experimentarlo”.
 
Sin embargo, para dicho problema hay una operación que se realiza en el caso de que la mujer sufra de incontinencia por esfuerzo, la cual afecta de manera significativa la calidad de vida de la paciente y cuando el tratamiento Kinésico ha fallado.  Dicha operación consiste en poner una malla sintética debajo de la uretra para limitar la hipermovilidad producida por los ligamentos flojos.  Afortunadamente, la tasa de éxitos de este proceso es alta, ya que funcionan adecuadamente un 90% de los casos.  Por ello, la persona va a poder tener una vida normal y si tose, ya no va a tener un escape de su orina de manera involuntaria.



 

Referencia:

 Dell Oro, A. (2014).  Incontinencia urinaria: un problema que tiene solución. Chile: LOS HÉROES, Revista. Recuperado el 08 de Noviembre desde http://www.institutodelenvejecimiento.cl/upload_img/Incontinencia.pdf.

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