Hay
un estudio donde se examinó la satisfacción con la vida sexual en los adultos
jóvenes y de mediana edad. En la cual,
se pudo observar como las personas que expresaban que se sentían tanto física
como emocionalmente satisfechas con su vida sexual, eran las personas casadas y
las que convivían con su pareja. A su vez, más del 80% de las parejas decían
estar muy o extremadamente satisfechas con su vida sexual, lo cual les
producía una gran satisfacción
emocional. Sin embargo, se encontró que las personas que estaban solteras y que
no convivían, tenían poca satisfacción en el ámbito sexual.
Asimismo,
solo el 54 % de los jóvenes y maduros sin apego informaban que estaban
extremadamente o muy satisfechos físicamente, como también, solo un tercio
comentó que se encontraban emocionalmente satisfechos. La felicidad con la propia vida sexual se
encuentra vinculada con ser felices en todos los aspectos de su vida, aunque no
está claro qué va antes de ello.
Hay
personas que piensan que cuando una persona se encuentra en la etapa de la
adultez mayor no se encuentran satisfechos con su vida sexual en comparación
con los adultos jóvenes o maduros. De lo cual, se puede decir que al igual que
un adulto joven o maduro, el adulto mayor tendrá una satisfacción sexual cuando
tenga una pareja. Hay un 64% de personas de dicho grupo etario que informan que
están extremadamente satisfechos y un
67% que se encuentran un poco
satisfechos con su vida sexual. Por el contrario, solo un 18% de adultos
mayores varones y un 27% de mujeres sin pareja que afirmaban sentirse
satisfechas.
La
idea de que existe incompatibilidad entre el sexo y la vejez, se debe a que
nuestra sociedad pone énfasis en los aspectos físicos de la sexualidad y la
noción de que el sexo es satisfactorio en personas jóvenes, atractivas y cuando
se alcanza el orgasmo. Sin embargo, un
adulto mayor también puede disfrutarlo ya que la edad no es un determinante
para carecer de una vida sexual. Hay personas de dicho grupo etario que
comentan que “el sexo es uno de los placeres de la vida. Es también una de las
formas de vencer la soledad y la frustración. Cuando nos hacemos viejos,
tenemos el placer añadido de que aun disfrutamos del sexo y así todavía nos
podemos considerar como hombres y mujeres completos”.
Referencia:
Schaie,
W y Willis, S. (2003). Psicología de la
edad adulta y la vejez. Madrid: PEARSON EDUCACIÓN, S.A.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario